Inmunoglobulina intravenosa (IVIG)
La inmunoglobulina intravenosa (IVIG) es un producto sanguíneo que se usa para tratar afecciones autoinmunes, incluidas las enfermedades que causan inflamación de los vasos sanguíneos (vasculitis), lupus y miositis.
La IVIG se desarrolló por primera vez en la década de 1950 y se utilizó por primera vez para tratar enfermedades autoinmunes en la década de 1980.
Tomar inmunoglobulina intravenosa (IVIG)
La IVIG se administra mediante una perfusión intravenosa realizada por un enfermero capacitado. Cada perfusión puede durar de 2 a 6 horas. Su médico determinará la frecuencia con la que se administrarán las infusiones de IVIG.
Aunque algunos pacientes pueden sentirse mejor con bastante rapidez después de recibir el tratamiento, en otros puede tardar un poco más.
Pruebas y riesgos importantes
Los pacientes deben hacerse un análisis de sangre antes de iniciar la IVIG para comprobar que sus niveles de anticuerpos (IgA) no son bajos.
Los pacientes que reciben tratamiento con la IVIG también deben hacerse análisis de sangre periódicos para comprobar los recuentos sanguíneos y garantizar la salud de los riñones y el hígado.
La IVIG es un producto de la sangre humana y, por lo tanto, implica un riesgo muy pequeño de contraer una infección.
Los pacientes deben llamar a su médico si presentan fiebre después de recibir el tratamiento.
Las personas que donan la IVIG son examinadas cuidadosamente para reducir el riesgo de infección, y el proceso de purificación utilizado para fabricar la IVIG elimina las bacterias e inactiva la mayoría de los virus.
Ciencia
La sangre es una mezcla de plasma, glóbulos rojos y blancos, plaquetas y anticuerpos. La inmunoglobulina (Ig) se refiere a la porción del plasma sanguíneo que contiene anticuerpos.
Las inmunoglobulinas (anticuerpos) son producidas por las células B, un tipo de glóbulo blanco que forma parte del sistema inmunitario del cuerpo. Las inmunoglobulinas desempeñan un papel esencial en la defensa del cuerpo contra las infecciones bacterianas y virales.
En los pacientes con una enfermedad autoinmune, su sistema inmunitario se confunde y comienza a atacar el propio tejido del cuerpo. La respuesta inmunitaria equivocada puede provocar la creación de anticuerpos que atacan el propio tejido del cuerpo, denominados autoanticuerpos. Las enfermedades autoinmunes como el lupus, la miositis y los tipos de vasculitis son causadas por el trabajo de los autoanticuerpos.
Complementar la sangre con inmunoglobulinas de múltiples donantes tiene una variedad de efectos, incluida la inmunomodulación (modulación o control del sistema inmunitario; ajusta el nivel de respuesta inmunitaria). Hay varias razones por las que esto sucede, y no todas se comprenden completamente.
En pacientes con enfermedad autoinmune, el resultado del efecto de inmunomodulación es una reducción significativa del ataque al cuerpo por parte de los propios autoanticuerpos del paciente, lo que resulta en una reducción de los síntomas.
La IVIG también puede ayudar a estimular un sistema inmunitario debilitado. La inyección de anticuerpos de muchos donantes diferentes ayuda al sistema inmunitario del receptor a reconocer y responder a los ataques de bacterias y virus dañinos. Este estímulo puede ayudar a compensar el aumento del riesgo de infección que se observa en los pacientes cuyo sistema inmunitario está debilitado a causa de anormalidades genéticas, enfermedades o medicamentos.
Seguridad
La IVIG suele ser bien tolerada por los pacientes. Las personas que reciben este tratamiento deben hablar con su médico si les preocupa algún efecto secundario.
Entre los posibles efectos secundarios se incluyen:
- Reacción a la perfusión: la IVIG rara vez puede provocar una reacción alérgica durante la perfusión. Los médicos suelen administrar a los pacientes Tylenol y Benadryl antes de las infusiones para reducir el riesgo de una reacción.
- Falta de aliento: algunos pacientes pueden experimentar falta de aliento o molestias en el pecho a causa de la IVIG. Esto se debe a la acumulación de líquido. Los pacientes deben informarles si esto sucede.
- Presión arterial alta: la IVIG puede provocar un aumento de la presión arterial. Los médicos supervisarán esto. Los pacientes deben informarles si tienen presión arterial alta.
- Dolor de cabeza: el dolor de cabeza es uno de los efectos secundarios más comunes de la IVIG. La mayoría de los dolores de cabeza desaparecen después de 24 a 48 horas. La IVIG puede provocar migrañas. En raras ocasiones, puede irritar el revestimiento del cerebro (meningitis).
- Fiebre y síntomas parecidos a los de la gripe: al recibir la IVIG, algunos pacientes presentan fiebre y síntomas parecidos a los de la gripe, como «sensación de mal humor», escalofríos, fatiga y debilidad.
- Coágulos sanguíneos y enfermedad vascular: la IVIG rara vez se ha asociado con un mayor riesgo de formación de coágulos sanguíneos. Se han notificado otros problemas vasculares, como accidentes cerebrovasculares y ataques cardíacos, en pacientes que recibieron dosis altas de IVIG.
- Erupción cutánea: la IVIG rara vez puede causar una erupción cutánea.
- Riñones: la IVIG se ha relacionado con una insuficiencia renal repentina cuando la IVIG se administra en una mezcla de azúcar (sacarosa). La mayor parte del IVIG que se usa hoy en día no contiene sacarosa.
Se considera que la IVIG es segura durante el embarazo. Sin embargo, cualquier persona que quede embarazada mientras esté en tratamiento con IVIG debe informar a su médico.
Los pacientes que NO deberían recibir tratamiento con IVIG incluyen:
- Cualquier persona que haya tenido previamente una reacción alérgica grave a la IVG.
Las personas que reciben tratamientos con la IVG deben llamar a un médico si se sienten mal y quieren dejar de hacerlo, o si les preocupa algún efecto secundario.
Los pacientes que se sientan mal después de recibir una infusión deben consultar a su médico. Otras razones para llamar a un médico mientras recibe tratamiento con IVG son las siguientes:
- Fiebre o posible infección
- Dolor de cabeza intenso
- Falta de aliento o dolor en el pecho
- Desarrollar un sarpullido
- Desarrolla una nueva hinchazón en una pierna o un brazo